En icónica se ha convertido una mesa redonda realizada en el Café del cerro en la
primavera del 86’, testimoniada en la revista Bicicleta, en la cual se debatía la expresión
más auténtica de la música juvenil y popular de plena Dictadura: el pop o el canto nuevo (o
de protesta). En Chile, por la época, parecían correr en carriles distintos la expresión del
canto social y político (Sol y Lluvia, Schwenke & Nilo, Eduardo Gatti, etc.) y la aparición
de una música desprejuiciada, bailable, con influencias del new wave inglés así como
también del reciente pop argentino (Aparato Raro y Los Prisioneros básicamente). Esta
oposición, como veremos venía desde los años 60’ en nuestro país, pero sin embargo
desaparece al pasar esa década corta que fueron los 80’. La idea de que existía un “pop
chileno” fue relevada por la de una música popular con mayor autenticidad que se
expresaría en el rock. Fenómeno, por cierto, no solo local sino que internacional, coronado
durante los años 90’ de la mano de la globalización y el imperio que detentaba MTV: el
rock como expresión juvenil y popular validada. No obstante, el inicio del rock en Chile
tradicionalmente se ha fechado con el lanzamiento de La voz de los 80’ (1984), aunque
podríamos ubicar el inicio de su relato precisamente en la década de los 90’. No solo a un
nivel mediático sino que a partir de varios libros periodísticos y de investigación que lo han
confirmado posteriormente y que se trabajaran en el presente taller. Sin embargo, nos
interesa discutir estas posiciones a partir de cómo el mismo Jorge González, en varias
ocasiones señaló que Los Prisioneros nunca se consideraron a sí mismos una banda de rock,
sino que de pop en todo el sentido de la palabra.
El objetivo del taller se enfoca desde este debate, que tiene en el nombre de González un
lugar de enunciación pero que luego de los 2010 –en un proceso paralelo de reivindicación
de su figura – proliferaron posturas críticas muy claras en torno al vocablo rock, por
ejemplo, a partir de su sexismo o de ser solo una etiqueta de consumo juvenil, es decir, del
mercado. Cuestión que se ve ejemplificada con la emergencia del “Nuevo pop chileno”,
conjunto de proyectos entre los que se contaban Gepe, Javiera Mena, Dënver, entre otros,
que se alejan y rompen con la idea de una tradición del “rock chileno”, proponiendo formas
estéticas y sonoras alejadas de dicho paradigma. En efecto, nuestra propuesta pasa por
interrogar por qué hoy en día hablar de “rock chileno” se ha convertido en un lugar común
para expresar una música popular que en sesenta años de historia ha sido mucho más
diversa e incluso en momentos contraria al rock. Nos parece que la gran música popular
realizada en Chile ha tomado múltiples elementos musicales, estilísticos, estéticos y líricos,
tanto internacionales y modernos, como autóctonos y folclóricos, pero también se ha
nutrido extra musicalmente, expresando una música que rebasa esa definición.
Proponemos entonces, contextualizar y desarrollar teóricamente algunas músicas
producidas en Chile desde fines de los años 50’ a nuestra actualidad, para trabajar la
hipótesis de que en cada una de ellas (por ejemplo los casos de Cecilia, Los Twisters, Pedro
Messone, Los Jaivas, Los Prisioneros hasta algunos casos del Nuevo Pop Chileno) existiría
una suerte de traducción del dato internacional (no una mera copia), situando y
produciendo un criollismo musical que formula un sonido singular de este rincón del mundo y que provisoriamente postularíamos como “pop” o simplemente como una música
popular expresamente de acá.
Se realizarán cuatro sesiones, con los siguientes temas:
- Rock vs Pop: el paradigma de la autenticidad (presencial).
- Los años 60’: incubación de un cierto criollismo musical en Chile (online).
- Los años 90’: el mercado dixit (online).
- Especificidad del pop chileno: Corazones, un disco del 2010 (presencial).