Descripción
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Siento un profundo aburrimiento en esa relación que muchos hacen entre la música electrónica y la tecnología, como si todo se redujera exclusivamente a las posibilidades que brindan las máquinas. Es válido, sí, pero es como si quisiéramos entender la música de Jimmy Hendrix preguntándonos qué amplificador usó en determinado momento. No puedes reducir a Jimmy Hendrix a un amplificador. Es interesante como tema geek, así como es atractivo analizar el plano tecnológico, pero no es lo único. No puedes reducir el resultado de su trabajo a un amplificador. En la música electrónica muchas veces pasa esto mismo. Se centra el 99% del énfasis en este tipo de puntos. Lamentablemente, esto distorsiona el cuadro. Para mí es importante poner el acento en otros aspectos, más relevantes y determinantes. Por ejemplo, muy pocos hablan de las ideas o de la disciplina necesaria para llevar adelante cualquier tipo de proyecto. Si bien, estos son ámbitos más subjetivos y abstractos, al menos para mí, son prioritarios ante lo tecnológico, porque, en mí mundo, lo abstracto y subjetivo no es significativo, sino vital.
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En los inicios y por mucho tiempo, quizás hasta los 80, quienes hacían música electrónica sabían, implícitamente, que estaban en una búsqueda muy única y solitaria. Hay que entender que todo esto nació mucho antes de internet, antes de los manuales y tutoriales. No había nada de dónde echar mano. Tenías que embarcarte en una exploración personal, dentro de un campo absolutamente vacío, de muy pocos referentes, donde no había claridad de cómo, con qué o si realmente se podían hacer las cosas. Había que excavar y buscar, explorar y experimentar, eso era parte fundamental si querías llevar adelante cualquier tipo de idea. No podías preguntarle nada a nadie, porque no había nada ni nadie que explicará lo que imaginabas con las máquinas. Había que volver al origen y a lo básico. Existía otro ritmo. Otra forma de analizar soluciones para una idea. Todo era lento e individual. Necesitaba de dedicación, constancia y mucha disciplina. Eso explica que gran parte de la música que se creó en ese momento consiguiera una originalidad que no se alcanza hasta hoy. Si escuchas música de los setenta, como Kraftwerk, por ejemplo, o muchos grupos y artistas de esa época, te das cuenta que fueron únicos en la forma de aproximarse a lo que hacían y a cómo lo hacían. Todo era nuevo. Inventaron lo inexistente. Construyeron, de alguna manera, el futuro.
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La electrónica tomó tantas formas que, mientras todo el mundo habla de ella, el sentido de pertenencia del concepto me es cada vez más distante y ajeno, no tiene nada de lo que se suponía que es o era. Lo que significa hoy ser un ‘DJ house’ no tiene nada que ver con lo que pienso sobre la música, ni con lo que hago. Es incomprensible que ambas cosas se llamen o se encasillen dentro de lo mismo. La música electrónica ya no tiene nada que ver con lo que supuso que debió ser. A veces siento que se terminó por extinguir, quizás nunca existió o que simplemente murió. Pero algo me insiste que retome su antigua definición, esa que me sorprendió cuando me inicié en esto. Debo volver a lo esencial, al núcleo, a reapropiar un terreno absolutamente inexplicable, extraño y, sobre todo, inédito.
Sobre Atom TM
Uwe Schmidt, más conocido como Atom™, es un prolífico artista con más de 250 álbumes en su haber. Su trabajo abarca desde el acid-techno hasta el jazz electrónico, siempre con un enfoque innovador. Radicado en Chile desde 1997, su influencia en la escena local es innegable.
Sobre Grieta Label
Grieta Label, con su propuesta de “libros para ser oídos, discos para ser leídos”, busca generar experiencias que van más allá de lo sonoro. La colección continuará en diciembre, con la publicación de un álbum inédito de Fiat600 (Miguel Conejero), que rescata una serie de demos realizados entre el 94 y 98, además de contener un libro que recorre el panorama de la escena electrónica local, desde finales de los 80 hasta nuestros días. Para marzo de 2025 está programado el lanzamiento de un disco perdido del año 97 del músico Mika Martini, fundador del mítico sello independiente, Pueblo Nuevo, el cual tendrá, además, un libro que revisa toda la cultura de la piratería en casetes.
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