Yo solía decir su nombre

Autor(es): Carl Phillips
Editorial: Aparte
Año: 2012
Ciudad: Arica

La poesía de Carl Phillips (1959, Everett, Estados Unidos) intenta resolver la tensión entre complejidad y claridad, entre las dificultades de la relación erótica y las epifanías que de ella pueden surgir. Resultado de una sintaxis que hace manifiesta la importancia de un ritmo que es único al poema, Yo solía decir su nombre es una muestra de todos los temas que recorren la obra de este autor. La identidad racial y sexual no son el centro de estos textos, pero distan de ser ajenas a ellos. Por el contrario: Phillips se ha hecho un lugar indiscutible en la poesía norteamericana precisamente por esa forma tan suya de asumirlas. La naturaleza no es el telón de fondo de los conflictos y los encuentros que se desarrollan en estas páginas. Tampoco es su protagonista, sino que recibe y acoge, pero también rechaza, a los que se enfrentan a la intemperie como una metáfora de su propio estado. Hay casas, jardines, animales, un mundo entero donde las tensiones a las que se ven enfrentados los que transitan por estos poemas, se despliegan en toda su miseria y esplendor.

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Descripción

La poesía de Carl Phillips (1959, Everett, Estados Unidos) intenta resolver la tensión entre complejidad y claridad, entre las dificultades de la relación erótica y las epifanías que de ella pueden surgir. Resultado de una sintaxis que hace manifiesta la importancia de un ritmo que es único al poema, Yo solía decir su nombre es una muestra de todos los temas que recorren la obra de este autor. La identidad racial y sexual no son el centro de estos textos, pero distan de ser ajenas a ellos. Por el contrario: Phillips se ha hecho un lugar indiscutible en la poesía norteamericana precisamente por esa forma tan suya de asumirlas. La naturaleza no es el telón de fondo de los conflictos y los encuentros que se desarrollan en estas páginas. Tampoco es su protagonista, sino que recibe y acoge, pero también rechaza, a los que se enfrentan a la intemperie como una metáfora de su propio estado. Hay casas, jardines, animales, un mundo entero donde las tensiones a las que se ven enfrentados los que transitan por estos poemas, se despliegan en toda su miseria y esplendor.

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