Descripción
La portentosa culminación del Cuarteto de las estaciones. Una celebración del hecho de estar vivos en el mundo.
«El mundo es intraducible, pero no incomprensible, mientras se conozca la sencilla regla de que nada de lo que expresa a través de sus miríadas de vida y criaturas va seguido de interrogaciones, sino solo de exclamaciones», le cuenta Karl Ove Knausgård a su hija en este volumen que cierra el Cuarteto de las estaciones.
Llega pues el apoteósico final de este ambicioso proyecto. Se recupera aquí el formato de enciclopedia personal, en este caso marcada por el estío, lo cual da pie a hablar de la lluvia de verano y las lágrimas, los cerezos y los ciruelos, los cubitos de hielo y los helados, la pesca de cangrejos y las barbacoas… Y entre esas reflexiones siempre sagaces y heterodoxas, se intercalan entradas de un diario íntimo del escritor. Emergen, entre otros temas, sus proyectos literarios y la conflictiva relación con su padre durante la infancia, y se nos relata la historia –que el abuelo a su vez le relató al autor– de una mujer que vivió un amor prohibido con un soldado enemigo durante la Segunda Guerra Mundial. Y asoma también, ahora que se cierra el ciclo, una reflexión sobre la capacidad de la literatura para explicarnos el mundo.
Culmina uno de los proyectos más originales de la literatura contemporánea, un ejercicio de escritura que explora nuevas dimensiones y perspectivas, un texto sincero y arrollador que nos habla del sentido de la vida, de la búsqueda de la felicidad, de la asunción del dolor, de la belleza a veces terrible del mundo, del compromiso de la paternidad y de la emoción de estar vivos.
Karl Ove Knausgård (1968) emprendió en 2009 un proyecto literario sin igual: su obra autobiográfica Mi lucha es una gran proeza; está compuesta por seis novelas, la última de las cuales fue publicada en otoño de 2011. Ha obtenido numerosos galardones y una cantidad insólita de lectores, además de un gran número de traducciones. Anagrama ha publicado todos los tomos, con extraordinaria acogida crítica: La muerte del padre: «Un libro importante, un esfuerzo literario digno de admiración y un ejemplo de vocación literaria» (José María Guelbenzu, El País); Un hombre enamorado: «Gran literatura» (Alberto Manguel, El País); La isla de la infancia: «Una novela magistral. Mi lucha es una de las sagas literarias más hermosas de las últimas décadas. Knausgård ya se ha hecho un hueco entre los clásicos» (Rafael Narbona, El Mundo); Bailando en la oscuridad: «Una historia que hemos leído muchas veces pero nunca así, con una libido tan verdadera, con un sentimiento tan agudo del dolor marcado por la inexperiencia» (Anna Caballé, El País); Tiene que llover: «No me gustaría llamarlo el libro del año o de la década porque está llamado a más altas metas: a ocupar un lugar privilegiado en la presente centuria» (Ángeles López, La Razón), y Fin: «Knausgård nos ha entregado su vida… ¿Hay ofrenda más grande al alcance de un escritor?» (Antonio Lozano, La Vanguardia); «Si Proust condujo al límite a la novela realista, el noruego ha trascendido las fronteras de la autoficción» (Domingo Ródenas, El Periódico de Catalunya).
Traducción de Asunción Lorenzo, Kirsti Baggethun
400 págs.
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