Descripción
Ararat toma su título del cementerio judío homónimo de Nueva York. Los poemas abordan el luto posterior a la muerte de un padre mitificado, enterrado allí, donde además descansa una de sus hermanas, fallecida prematuramente y que será también una presencia constante en el libro. La poeta explora el mundo de las mujeres sobrevivientes de la familia -la madre, la hija, la hermana- en un tono lacónico y reticente que abandona definitivamente la pirotecnia verbal de sus primeros poemarios y conecta con el silencio y el distanciamiento emocional que ella misma relaciona con su padre fallecido, un tono contenido que un crítico equiparó con «la clase de lenguaje que uno usa antes de ponerse a gritar».
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