Descripción
La visita que Félix Guattari realizó a Chile en mayo de 1991 tiene una significación histórica notable que, como toda significación histórica, solo cabe volverse inteligible después de los hechos, después de ocurrir. Un lapso muy extenso que, pese a todo, no ha dejado de suceder. Valga eso como recordatorio de que, en las páginas que siguen, no estamos simplemente en presencia de un gesto de exhumación.
Como lo dice en una de sus conferencias, una de las impresiones que le quedan de sus intercambios en Chile es que se trata de un país cruzado por pliegues.
Un país desgarrado por un golpe cívico-militar que instala un tipo muy especial de liberalismo, y plegado por aquello que Guattari entiende como una apertura para nuevas vías de la subjetividad.
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