Jaws [Tiburón]

Autor(es): Xitlalitl Rodríguez Mendoza
Editorial: Falso Azufre
Año: 2025
Ciudad: Santiago
En estas páginas encontramos una insistencia en el signo y en la materia: repetir para desmenuzar, transformar, desdentar, agotar y quizás dar a luz para ingerir, porque todo es agua y todo vuelve a la espesura negra y salina, sea muerte o nacimiento. Así nos advierten estos fragmentos de Xitlalitl Rodríguez Mendoza, que nos sumergen en un mantra en torno a la figura del tiburón —o de su mandíbula—, donde ritmo, imágenes y prosa dislocada conjuran el acecho tras la máscara poética de «jaws» [tiburón].

El libro, compuesto por tres apartados: «Esto es agua», «Falsos amigos», «Isla Contoy», avanza como braceo incesante del «Yos», mostrando costuras del cine de Spielberg, recortes documentales, el condrictio en formol de Damien Hirst y el especulativo nacimiento del tiburón-guagua de Ai Hasegawa.

Ya sea en Chacala o Chamela, en Chapultepec o una piscina, en un charco o la tina, en una galería o un acuario-prisión: entre dentelladas, aletas y coletazos, el tiburón es parido y reaparece —obrero, oficinista, infante, fantasma, presa, cadáver— siempre en fuga.

Pero nos ronda una pregunta: ¿sueñan los tiburones? Al menos su materia, hueso, cartílago, agua, retorna una y otra vez al cuerpo marítimo, hundiéndose en su lenguaje misterioso de zona abisal.

$10.000

2 disponibles

Descripción

En estas páginas encontramos una insistencia en el signo y en la materia: repetir para desmenuzar, transformar, desdentar, agotar y quizás dar a luz para ingerir, porque todo es agua y todo vuelve a la espesura negra y salina, sea muerte o nacimiento. Así nos advierten estos fragmentos de Xitlalitl Rodríguez Mendoza, que nos sumergen en un mantra en torno a la figura del tiburón —o de su mandíbula—, donde ritmo, imágenes y prosa dislocada conjuran el acecho tras la máscara poética de «jaws» [tiburón].

El libro, compuesto por tres apartados: «Esto es agua», «Falsos amigos», «Isla Contoy», avanza como braceo incesante del «Yos», mostrando costuras del cine de Spielberg, recortes documentales, el condrictio en formol de Damien Hirst y el especulativo nacimiento del tiburón-guagua de Ai Hasegawa.

Ya sea en Chacala o Chamela, en Chapultepec o una piscina, en un charco o la tina, en una galería o un acuario-prisión: entre dentelladas, aletas y coletazos, el tiburón es parido y reaparece —obrero, oficinista, infante, fantasma, presa, cadáver— siempre en fuga.

Pero nos ronda una pregunta: ¿sueñan los tiburones? Al menos su materia, hueso, cartílago, agua, retorna una y otra vez al cuerpo marítimo, hundiéndose en su lenguaje misterioso de zona abisal.

Valoraciones

No hay valoraciones aún.

Solo los usuarios registrados que hayan comprado este producto pueden hacer una valoración.