Descripción
La edad de construir, de merecer, es una expresión que siempre parece algo del futuro cuando eres joven. Un momento que aún tiene que llegar, porque todavía las heridas dejan huellas blanquecinas en la piel. Ya se conocen los cuerpos desnudos, la contradicción teje con los hilos de las expectativas un tapiz decepcionante. Los recuerdos están calientes, manchan los días pero ya son habitantes del pasado.
“Crecer son dientes (que crecen)” dice Berta García Faet (1988). En La edad de merecer la intimidad es una experiencia que se recita bajito, como una oración capaz de resucitar los recuerdos. El sexo y sus miedos, el paso del tiempo y la música que se transforma en poesía son paradas de este recorrido por la madurez, un viaje lleno de tanta desesperación como la de Ingrid Bergmanintentando escapar de Strómboli. (…). En la La edad de merecer los poemas son pájaros que emprenden un vuelo hecho de ligereza y aires de otros tiempos. Un libro capaz de llenar la lectura de una brisa fresca, donde los temas más clásicos se mezclan con una visión y un discurso propio de la poesía joven, pero esta vez sin que los rasgos impostados sean los que dirigen la escena. Un libro para disfrutar de la ardua tarea de crecer, que mancha de sangre y garabatos las estanterías de La Buena Vida. “Todo tanteo es tanteo a ciegas”, por Pilar Torres (La Bella Varsovia, 2015).
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