Descripción
Se dice que, mucho antes de la aparición del automóvil, la cantidad de estiércol fuera de los teatros era el indicador del éxito de una representación teatral. Decir mierda, mierda, entonces, era un reconocimiento pora todos los involucrados en la representación escénica. Este hecho, no documentado fidedignamente, se unió a la superstición de que desear suerte antes de salir a escena causaría justamente lo contrario. De allí, surge el rito teatral de decir mierda, mierda, antes de comenzar la representación, como augurio de un buen espectáculo. Mierda, mierda veinte años de crítica teatral (1986‐2006) recoge algunas de las críticas escritas por Eduardo Guerrero del Río, que fueron publicadas durante veinte años en distintos medios escritos (El Mercurio, revista Mundo Dinners, La Época, revista El Sábado y La Tercera); dos décadas que abarcan desde los últimos años de la dictadura, hasta el chile de la democracia.
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