Natalia Ortiz Maldonado

Texto leído el 3 de noviembre de 2022 en Alma Negra Librería y Plataforma para el lanzamiento del nº 11 de la Revista Contenido, titulado “Fuera de era: epistemes y metodologías post-apocalípticas”.

“Guerra y Apocalipsis son modulaciones de un canon viejo y nuevo, repleto de preguntas anémicas y respuestas frívolas que, sin embargo, no deja de reformularse una y otra vez. Son necesarios, porque forman parte del antiguo ciclo del héroe: tras la batalla perdida, el Apocalipsis. La política y la epistémica heroica se estructuran alrededor de batallas ganadas y perdidas, erección y flaccidez, potencia e impotencia, revuelta y normalidad, entusiasmo y depresión. Recordemos: Los héroes nos explicaron el fin del mundo (o la revolución) cuando el virus Covid-19 comenzaba a esparcirse por el cuerpo colectivo. Ninguna de las dos cosas parece haber ocurrido, aunque eso no implique que nada ha ocurrido. Probablemente, seguir los hilos de una transformación requiera un oído diferente al heroico.

Para los héroes, los territorios, las singularidades, esta vida que discurre acá y ahora, son accidentes sin importancia, secundarios, como es secundario aquello que podríamos llamar “fuerzas de continuidad”. Todo nombrar tiene su poder y su riesgo, su precariedad y su necesidad de abandono. Pero nombrar también es un hacer materializante y lo que deseamos nombrar es precisamente algo que suele quedar invisibilizado. Las fuerzas de continuidad son las que recogen los trastos, garantizan la comida y el sueño, se desplazan, resisten, cuidan, se entremezclan, inseminan, plebeyas e impuras, continúan. Aparentemente son discretas, hacen su trabajo, humanas y no humanas, bióticas y abióticas. Chernobyl existe, es un bosque.”