El siguiente taller tiene como finalidad explorar la literatura filosófica, estética y política del movimiento tecno-ficcional conocido como aceleracionismo, a la luz de una ontología del cansancio. La hipótesis aceleracionista establece que, tras el debilitamiento progresivo de los imaginarios políticos emancipatorios, es necesario “liberar las fuerzas productivas latentes” (Avanessian [comp.], 2021, 40) que se encuentran subrepticias en las maquinaciones capitalistas. Esto supone no hacer frente al capitalismo mediante las viejas estrategias políticas modernistas ejecutadas por un sujeto político, donde la utopía, en su fase actual, fue sustituida por una pragmática conformista y complementaria con la axiomática neoliberal y los procesos progresivos de reconocimiento de las identidades disidentes, los conflictos laborales de flexibilización y las reivindicaciones territoriales de los grupos humanos. En cambio, la liberación de las fuerzas productivas, implica la aceleración de los elementos materiales, tecnológicos y estructurales del neoliberalismo, hasta alcanzar su colapso orgánico. El sujeto y el cuerpo, elementos metafísicos que sirvieron para la expansión de los conflictos de gubernamentalidad productiva de los individuos, entran en su fase de caducación paulatina. La aceleración de la evolución tecnológica no debe traducirse sin embargo, exclusivamente, como un modo de sofisticación de los nuevos medios de dominación, sino, al contrario, debe comprenderse como una plataforma tecno-corporal provista de materiales susceptibles de ser re-imaginados hacia un escenario postcapitalista. Esto quiere decir, que el capitalismo como forma de vida sólo será re-estructurado a partir de las inmaterialidades deseantes que el propio capitalismo fecunda. El principio deluezeguattariano de la des-territorialización y su consiguiente re-territorialización capitalista, coloca en perspectiva que la hipótesis aceleracionista no fortalece la readecuación de la máquina capitalista, el inminente colapso deviene, por consiguiente, en una diseminación incalculable de elementos ficcionales deseantes y una ecología concreta de horizontalidades insurrectas.
De esta manera, la hipótesis aceleracionista se pliega a las prácticas filosóficas postmetafísicas contemporáneas, tales como el realismo especulativo. El capitalismo ha logrado instalarse como exclusiva forma de vida debido a su capacidad de crear realidades aparentemente insuperables, es decir, “una atmósfera general que condiciona no solo la producción de cultura, sino también la regulación del trabajo y la educación, y que actúa como una barrera invisible que impide el pensamiento y la acción genuinos” (Fisher, 2022, 41). Precisamente, la creencia masificada de que la realidad capitalista es inamovible, es producto de la ideología neoliberal como elemento naturalizante de la vida social. Ahora bien, estas atmósferas capitalistas recubren las relaciones sociales a través de tecnologías psicopolíticas que germinan súbitamente en eficientes dispositivos de regeneración vital, comprometiendo las expectativas, logros, sueños y futuros de los individuos en un sometimiento de lo viviente mediante mecanismos de extracción energética de los cuerpos. Impidiendo, así, nuevamente, la transformación del realismo capitalista, que se reproduce como plataforma de reconversión vital. Entonces, ¿cómo salir de la realidad capitalista? Una de las alternativas no-reconducible a un campo ideológico, donde lo ficcional no alcanza a desplazarse al campo de lo ilusorio, conservando su flotación gravitacional, es la búsqueda de lo Real en la realidad; esto quiere decir, ofrecer un estatuto ontológico distinto a la ‘realidad’ –entendida como el lugar donde habitan y florecen los objetos despojados de las antiguas narrativas que recubrían sus pieles. Esta búsqueda consiste, fundamentalmente, en la ficcionalización de la realidad a través de la re-evaluación de los accesos interpretativos, lingüísticos y miméticos (críticos) con los que se accedían a la facticidad de los objetos –mercancías, cosas, entes–, hasta agotarla, cansarla, para volverla especulativa y autónoma. Una ecología de signos y materialidades que evocan ancestralidades diacrónicas resistentes a la fuerza fagocitante del capitalismo normalizador y científico. En palabras de Q. Meillassoux, “un mundo glacial se devela entonces ante los modernos, y en él no hay ya ni arriba ni abajo, ni centro ni periferia, ni nada que lo haga un mundo destinado a lo humano” (Meillassoux, 2015, 184). Por tanto, la superación del capitalismo no consiste en la emancipación del sujeto político tradicional, sino del mundo que se encuentra atado al pensamiento calculador.
Por tanto, el cuerpo, la zona de luchas de las identidades políticas y de los mecanismos de extracción productiva, se vuelve una red sensible productora de ficciones reales, cuyo principal impulso deseante es conservar su capacidad improductiva, su carne despreocupada, su soltura, para hacer proliferar la imaginación cultural y política de los individuos; es decir, su capacidad de intimar con el mundo sin transformarlo en una atmósfera disociadora y apropiable, donde la vida posthumana se iguala a la nueva vida de las cosas y lo viviente. Igualar aquí es, en otras palabras, producir “comunidades simbióticas” (Th. Morton); humanos por montón que habitan con seres vivientes no-humanos, cuerpo improductivos, de los cuales tenemos que aprender de sus lazos solidarios con el mundo.
Sesión I. Fuentes del aceleracionismo.
- Karl Marx, El Capital, Tomo I.
- G. Deleuze & F. Guattari, El anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia.
- Nick Land, Colapso.
Sesión II. Fuentes de realismo especulativo
- M. Heidegger, Ser y tiempo.
- Graham Harman, Hacia el realismo especulativo.
- Quentin Meillassoux, Después de la finitud.
Sesión III. Materiales ficcionales, existencias monstruosas.
- Graham Harman, Además opino que el materialismo ha de ser destruido.
- Markus Gabriel, Por qué no existe el mundo.
- Quentin Meillassoux, Hiper-caos.
Sesión IV. ¿Se puede vivir en un mundo sin trabajo?
- N. Srnicek & A. Williams, Inventar el futuro. Postcapitalismo y un mundo sin trabajo.
- Mark Fisher, Realismo capitalista. ¿No hay alternativa?
- A. Avanessian & Mauro Reis (Comp.), Aceleracionismo. Estrategias para una transición hacia el postcapitalismo.